sábado, 9 de junio de 2018

FÚTBOL-CHAPAS RETRO



Ha llovido la friolera de entre 40 y 44 años. Muchos años antaño de nostalgia de mi niñez e incipiente juventud. Voy a revivir de un plumazo aquellos años donde disfruté de lo bonito que era tener muy poca cosa para ser muy feliz. Era simplemente tener unas chapas en las manos para convertirlo en el juego más apasionante jamás vivido. 

Eramos 3 amigos. Dos Hermanos y yo. Ellos se llamaban y se llaman, Salvador de mi edad, en aquella época teníamos 14 años, su hermano Obdulio con algunos años menos, y un servidor. Nos juntamos gracias a mi madrina que vivía contiguo a su casa y me llevaba a merendar o a comer. Allí comenzó una amistad que llega hasta la actualidad.

Juegos de mesa, Ajedrez y fútbol-Chapas eran nuestras banderas. Pero hoy voy a revivir aquellos años donde en una libreta confeccionamos una Liga. Era el comienzo del fútbol-chapas un juego apasionante que nos entusiasmó durante algunos años. 

Era la época del Mundial de Alemania-74. España no acudía a la cita. Los años del fútbol total, de la naranja mecanica de Johan Cruiff, Rep, Neeskens, de aquella Polonia de Zmuda, Lato y Tomaszewski, Alemania con Beckenbauer, Breitner, Netzer, Muller y la Brasil de Rivelino y Jairzinho, como selecciones estelares. Y en la corcheta nos llevó al Mundial de 1978, la de la televisión en color y Mazinger Z y donde la Argentina de Mario Kempes, Passarella y Bertoni ganaron bajo sospecha. Cardeñosa nos dejo las mieles del triunfo junto a Brasil y Holanda llegó a su ocaso. La Italia de Zoff y Antognoni y la Austria de mi ídolo Hans Krankl.






Las chapas eran conseguidas en los bares. Las pedíamos a los camareros. El suelo de nuestras casas, nuestra moqueta de juego. Un frio suelo en invierno y caluroso en verano. 4 losas de 25x25 de largo por 2 losas de 25x25 de ancho era el terreno de juego. El balón un garbanzo que volaba a su antojo. Y las porterías eran caseras hechas de madera con todo el amor del mundo. 

Los jugadores eran los de las estampas de la época, recortados con una moneda de 5 pesetas, y pegados en la parte superior con pegamento Imedio. El portero una caja de cerillas rellena de cera para que fuera poderoso en sus paradas. Ya lo teníamos todo. Teníamos nuestro paraiso para poder pasar las tardes de lucha encarnizada.

Para elevar el balón nuestro ingenio nos llevó a la basura de una fábrica de leche donde conseguíamos las chapas de fábrica que eran nuestro tesoro. Con las puntas abiertas se consagraban como las líderes de nuestros equipos y de nuestra Liga que estaba a punto de comenzar. Muchos días nos desplazábamos, sin medios y muy lejos para obtenerlas. Un recuerdo latente para mi hoy día con mucha claridad por vivido con felicidad.

Ya teniamos todo lo necesario, después de esfuerzo y trabajo, teniamos preparado un juego que por modesto se convertiría en parte de mi juventud y recordado a través de los años con mucho orgullo.
Salvador y Obdulio eran mis grandes amigos y mis enemigos en fútbol-chapas. Lo que vivimos en el transcurso de esos 4 años maravillosos años para siempre estarán grabados en mi vida, como unos años muy felices.

Mi padre, que en paz descanse, viendo el brillo en nuestros ojos, nos compró una copa para poder lucharla y fue el icono de cruentas batallas. Siempre queríamos jugar la jornada en curso. Las discusiones si el balón había salido de banda o no, si había sido falta, si alguna norma que habíamos establecido no se cumplía eran el día a día de unas jornadas pletóricas. 

Siempre he recordado estos años como ejemplares de mi niñez y juventud y siempre he tenido nostalgia de todo lo escrito anteriormente y siempre decía.....algún día volveré a jugar......algún día!!!


El futuro es demoledor.............y ha llegado cuando ha debido llegar. 

Intentaré escribirlo porque va a merecer la pena. No digo más.

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