Cártama, 22 de Diciembre de 2019
ESPERANZADOR OCASO
En el ocaso de un año para olvidar, por culpa de las lesiones, que me han señalado como un 2019 donde en ningún momento he podido conseguir mi ritmo crucero, para disfrutar, y después de cuatro largos meses, donde he tenido que superar la grave lesión del doble esguince producida a finales de Agosto en Alfacar, parece que la luz comienza a brillar. En el ocaso de un año difícil he vuelto a disfrutar a pleno rendimiento con la esperanza para conseguir la forma necesaria para cumplir mis objetivos. Parece que acaba el año maldito.
Sentir de nuevo ese puente de hierro que engalana Cártama, esta vez con agua, por las últimas lluvias acaecidas, y recorrer la distancia desde Estación de Cártama al estadio de Atletismo cartameño en una mañana casi veraniega con 22 grados me hace vibrar de nuevo al volver a la competición, único escenario para conseguir ritmo.
Ha sido excesivo tiempo para volver a estar junto a mis compañeros en una previa, hoy junto a Juanma, Alberto, Miguel, Rocio y Jose, volver a ver a atletas conocidos, sentir ese aroma tan peculiar bajo el arco de salida, algo que solo lo sabe quien lo vive. Son momentos para el recuerdo. Estar en ese pelotón esperando el pistoletazo es ser atleta. Y llegaba a Cártama con mis prudentes reservas, esperando como podría acontecer todo.
El recorrido ha cambiado es mi primera imagen. Es bueno, pienso. De comienzo no hay respiro, pero he salido perfecto. Tengo a Juanma y a José Antonio delante y las medias al kilómetro en los 2 primeros van geniales. Esperanzador. Los sobrepaso en el km 2 pero la subida dirección Cártama pueblo es dura. Voy cómodo.
Visualizo a una pareja y me llevan a buen ritmo por el corazón cartameño y ya en bajada para acercarnos al km. 5 con 27m. 10s. pues voy muy bien, no me lo esperaba. Voy disfrutando, aunque un poquitin forzado. La calor también hace su trabajo. Continuamos por tierra, varios kilómetros, hasta el km 8, y la verdad, sin ir bien, voy pasando los kilómetros de manera decente, lo que me da fuerza mental. Pienso en lo sufrido y verme en buena situación me da alas.
El final dirección a meta lo hago a pleno rendimiento, sin desfallecer y sin duda, estoy contento, lo he vivido a la perfección, no esperaba aguantar de manera tan solvente, después de tantos y tantos días en el dique seco. Esperanzador.
La conclusión es que espero haber acabado con un año tan malo, por las distintas lesiones, y en su ocaso, celebrar que voy cogiendo ritmo y forma para atacar de manera fehaciente el 2020. La más grave lesión que he sufrido está olvidada, debo mentalmente darme cuenta de que debo volver a lo que siempre fui, un atleta al que le gusta disfrutar y sentir cada kilómetro recorrido. No pido mucho más. Solo que las lesiones me respeten y pueda conseguir mi ritmo de competición. Espero sea el ocaso. Esperanzado estoy.
Queda un peldaño para acabar el año. La dura Cómpeta y su entorno me darán el adiós a otro año en mi currículum. Sigo escribiendo mi historia. Sigo. Y espero un próximo año donde pueda divertirme a tope.
Seguro que si.
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