viernes, 7 de junio de 2019

5 CARRERA POPULAR MONUMENTAL NOCTURNA ANTEQUERA

        
         
        




Antequera, 7 de Junio de 2019








DOLORES ARTICULARES






Son las 19.00PM Surya e Ignacio, con puntualidad militar y Jose y Juan Carlos a las 19.05PM nos dirigimos camino de Ante-que-era, en el centro de Andalucía para viajar camino de unos dólmenes míticos.

Nada más llegar, primera sorpresa. Nos han cambiado la salida!!!! Recorremos la ciudad de los molletes antequeranos y estamos en el Colegio La Salle. No es el lugar prodigioso de anteriores ediciones, pero al menos nos explican que el recorrido ha cambiado. Y lo veo fenomenal. La tempestad está al final del recorrido. Al menos vamos a llegar con el motor engrasado a la zona mas complicada al revés de otros años que llegamos casi de comienzo. 

Acudimos a nuestra merienda pre-carrera, acto mítico desde que lo puse en funcionamiento junto a Manolo Salazar. Ese dulce ya es obligado en Antequera. Son momentos que hay que repetir año tras año. Diálogos y llega Miguel. Estamos al completo. Historia.




Volvemos al coche a guardar la bolsa del corredor y vamos calentando hacia la salida.....los dolores articulares generales que llevo padeciendo durante bastante tiempo se me acentúan. No estoy bien y me doy cuenta. Sigo calentando pero las sensaciones no son buenas. En frío no estoy nada bien. Mas bien regular.

No tengo buen áurea. Veo a Cristóbal Ortigosa en la largada y la fotografía es obligada. Sé que va a ganar y quiero ese recuerdo con una de las banderas del atletismo malagueño. Bonita foto para siempre.



Son las 22.20PM y vamos dirección a los dólmenes. Cuesta abajo. Comienzo con las articulaciones tocadas, y espero que al ir calentando mejoren. Es así. No voy fino pero estar dentro de un lugar tan histórico como son las cuevas de Menga y viajar en noche cerrada ofrece un esplendor inusitado. Cuando veo el dolmén de galería, veo molletes y porras antequeranas. Voy mejorando pero el cuerpo no me responde.

Mi único objetivo es mantener ritmo o al menos conseguirlo, pero es muy complicado en una Antequera disconforme. El paso por el centro neurálgico es vivir historia. Ambientazo. Adoquines, subidas para llegar al lugar de salida de antaño. Ya tengo a mis liebres. Dos chicas con un fluorescente en la cabeza. A ellas me tengo que pegar. 

La subida a la Alcazaba de Antequera es durísima. Al menos este año llegamos con el motor rodado. Las vistas son maravillosas. También el escenario. Hay que ir subiendo como se puede. No pierdo de vista a mis liebres que son las que me marcan el recorrido. Voy sintiendo regular pero ellas me dan energía para apretar. Disperso mi vista en una Antequera majestuosa y cuando llega el tramo final en fuerte bajada, no me fío y con un cuerpo que no me responde como me gustaría debo tomar reservas. Cualquier mal gesto puede ser jodido. 

Pasada la parte final con fuerte desnivel llegamos a los kilómetros finales y sin verme fino quiero apretar y sentir. Voy sintiendo, algo que se me ha hecho difícil en todo el recorrido y gozo viendo la Calle Del Río en el marco final para acometer la recta de meta pletórico. Preciosa carrera fija ya en el calendario. 




El tercer tiempo dentro de las instalaciones del Colegio La Salle para degustar una cervecita fresca y un pedazo de bocata de lomo ponen un broche de oro a una jornada con demasiados dolores articulares que no me dejan gozar plenamente. Han sido diversas lesiones una detrás de otra y el cuerpo es sabio. Hay que ir con cautela, paso a paso. 


                  

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