EXPERIENCIA UNICA

CUANDO MIS ZAPATILLLAS 

SE ADENTRAN 

EN EL MAR MEDITERRANEO

Ayer viví en Almería una experiencia que me hizo vibrar internamente. Estaba en la orilla de mi mar por excelencia con mi cámara de fotografía en mano esperando la salida de mi hijo que hacia su tercer Triatlón. Mis zapatillas saltaban para no mojarse......en un momento determinado decidí que no aguantaba mas y las introduje dentro de ese mar infinito.

Cuando lo hice mi mente se rebobino de manera mágica y de un plumazo tenia delante mi historial de atleta. La piel se me puso de gallina. Era un momento increíble. 

Mis zapatillas han devorado muchos kilómetros por distantes lugares y distintos escenarios durante muchísimas carreras por doquier, el asfalto mi preferido, ha visto sucumbir a muchas de ellas, gastadas por el sudor y el esfuerzo, han destrozado el kilometraje con trabajo. He recorrido carriles de tierra, sobre todo para alcanzar buen criterio físico en un lugar donde el entreno se convierte para mi en un buen lugar. Algunos destellos de Trail, donde perderme en el monte no ha sido, ni de lejos, un lugar apetecible, mas bien al revés. En definitiva he descarnado a diestro y siniestro inumerables experiencias de todo tipo durante un largo tiempo donde he disfrutado a la máxima expresión.

Pero lo de ayer, no lo cambio por nada. Cuando observé mis zapatillas dentro del mar, algo distinto ocurrió en mi. El mar es maravilloso e incognito y tener dentro de el a quien me ha proporcionado múltiples experiencias ha cambiado algo en mi. 

He comprendido que mi vida está alrededor del mar, cerca de el, mis zapatillas me han pedido eso. Que recorra su cercania, que huela ese olor único. Que sude cerca de el. Que recorra y trabaje a su alrededor. 

Siempre he disfrutado en su compañia pero nunca habia estado tan unido. Ayer me atrapo. Fue como algo mágico. 

Seguiré mis entrenos como antaño, porque es obligado, pero ayer ese mar infinito me explico donde debo estar. Junto a el. Siempre lo he sabido, pero ahora se me ha declarado. 

Cuando mis zapatillas se adentraron en el mar he visto rebobinar todo. 

Volveré a hacerlo, porque esa sensación es increible. No tiene parangón. Seguiran trabajando donde deben hacerlo, pero su unión con ese destello es mi deseo. He sentido y nada es igual.