No soy más que un aprendiz de buena persona y un corredor esforzado. Por cada corredor que recorre el mundo participando en MARATÓN, Media Maraton o Trail, hay miles que corren por el gusto de escuchar las hojas y la lluvia y que esperan que llegue el día en que les resulte todo tan fácil como a un pájaro volar. Para ellos el deporte no es una prueba, sino una terapia; no es un desafio, sino una recompensa; no una pregunta, sino una respuesta.
Son las 8.00AM de una mañana espléndida de domingo, ni frío ni calor, y llego a las Cuevas de Nerja, exactamente al Area Recreativa del Pinarillo, donde tenía la cita con mis compañeros de Soy Senderista y Buen Rollo Costero para dirigirnos en coche y quitarnos esos 2 kms. iniciales por carril, hacia la barrera y empezar el sendero.
La entrada a dicho sendero está perfectamente señalizada con un cartel indicador. Lo seguimos en dura pendiente con un itinerario que permite disfrutar de las panorámicas de la Costa del Sol Oriental con unas vistas de espesos pinares que son un halago para la vista. Además se puede disfrutar del paisaje montañoso de la Sierra de Almijara, con sus constrastes cromáticos, de color verde de vegetación y el gris de las rocas calizas.
Llegamos al Mirador del Tajo de los Bueyes, un senderuelo que se sale de la pista y donde las fotografias son imagenes para el recuerdo. Justo enfrente tenemos el cartel indicador del Pico Cielo, aquí llevamos 4 kms. de subida. Se acaba el camino y comenzamos un sendero mas estrecho, sinuoso y empinado. Estamos rodeados de matas de aulagas en un entorno con una belleza digna de remarcar.
Seguimos avanzando. Recorremos un tramo de 2.300 kms. hasta llegar a lo alto de un collado donde se divisa magno la imagen del Pico Cielo. Impresiona su altitud.
La subida con la imagen fija en la cumbre es bestial. Un kilometro vertical donde solo hay senderos indefinidos y solo puntos en la roca rojos y azules que te hacen ir subiendo con adrenalina y con un desnivel brutal con un importante esfuerzo físico. Alcanzar el Cielo es realmente duro. Las piernas deben trabajar a pleno rendimiento. Pero ver esa cruz a la derecha es realmente espeluznante. Llegar a esa cumbre es un gran objetivo cumplido. Un reto de campeón.
Gozamos de las magníficas vistas que nos ofrece la cumbre. Al Oeste podemos contemplar perfectamente la mole de La Maroma. Al Norte se nos presenta la línea de crestas que se alinean y curvan hacia el noroeste, donde enlazan con la cima del Navachica. Una curva que se continúa doblando aún más al Oeste y conduce a la llamativa cumbre del Almendrón. En fin, estamos en un auténtico observatorio privilegiado de la Sierra de Almijara. Recopilar fuerzas y dejar sentenciada nuestra presencia es el culmen. Tocar la cruz del Cielo es increible. Es la fantasía.
Nada mas comenzar la bajada, piso una piedra y justo me impacta en el tobillo izquierdo, con un dolor intenso, avanzo en la dificil bajada del kilometro vertical. Rocio me proporciona una pomada y hace efecto!!! menos mal!! Lobato se queda con Cida, los demás se quedan intercalados......
yo bajo con Mónica y Rocio a pleno rendimiento y por momentos se hace dura, por el esfuerzo realizado. Al llegar a las pistas vemos la luz y salimos camino del coche por los carriles. Ver de nuevo esos paisajes de pinos es celestial. Una fantasía final. Volver al Pinarillo es completar 16 kms. fantasticos. Una jornada para recordar siempre.
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