Málaga, 17 de Noviembre de 2024
Hemos pasado una semana temible debido a la llegada a Málaga de una Dana que ha inundado gran parte de la ciudad el día 12 de Noviembre recordando aquellas inundaciones de 1989.
Pensé que era el momento adecuado de visitar el Pantano del Agujero para ver las sensaciones en forma de agua que habia acaparado en estos días, y creé kedada del grupo Costa Runners.
La cita era en el Estadio de La Rosaleda a las 8,30AM de un Domingo con una temperatura maravillosa. Increible a estas alturas del invierno que parece un veranillo.
Acuden Federico, Alberto y Marcos. Buena grupeta. Departimos y sin premura acometemos el carril de tierra, paralelo al mausoleo blanquiazul. Es un espacio ganado en la zona, que sin lugar a dudas hace correr direccion al pantano y es muy agradecido ya que no hay tráfico.
La lesión del piramidal parece que ya está olvidada, aunque sigo observando su evolución. Adquiero buen ritmo y disfruto sobremanera por un carril espectacular.
Llegamos a la altura del pantano y como era obvio, mucho barro, bajo el puente, pero se puede pasar sin problemas para llegar al Jardín Botánico de la Concepción y comenzar la pertinaz subida.
Voy genial. Alberto y Federico se despegan algo, lógico y reductora y subo y subo bestial. Ir en grupeta ayuda mentalmente, es increible. Llego al desvio del pantano, que luego de vuelta tomaremos, con la dificultad de la subida, disfrutando de lleno. La temperatura ayuda y voy subiendo genial.
Termino la subida y vamos dirección al pantano del Agujero. Ritmo perfecto y disfrutón. Que maravilla disfrutar de un entorno que ha cambiado bastante con las últimas lluvias.
Vamos a un excelente ritmo para incorporarnos a la presa y sentir desde su base de agua y en su interior de todo el esplendor de un lugar construido para evitar las riadas en Málaga. Ha crecido algo, con las últimas lluvias de la Dana pero no lo suficiente. Hace falta mucha más agua para verlo a tope.
Solo nos queda volver por el mismo camino de vuelta, para terminar los últimos kilometros de un kedada enorme de nuevo por los carriles de tierra. Sin duda ha sido un placer compartir con mis compañeros un entreno que es de mis favoritos y que me encanta por su dificultad, para llegar a La Rosaleda y tener un tercer tiempo compartido con un desayuno obligado.
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