Riogordo, 23 de Febrero de 2020
GOLPE DE ESTADO DE UN CERDITO ENFANGADO
En un día donde pudo cambiar la historia de España, comenzaba en un paseo por una carretera de la Axarquia a 4 grados de temperatura y unas vistas esplendorosas de la Sierra del Rey con su pico Castejón como macizos señalados me abria la ilusión para concretar un golpe de Estado en una carrera épica. Duros entrenos quedaban atrás.
Aparcar en Riogordo, sentir su sol naciente y un olor a Molienda olivarero daban paso a un paseo por un pueblo todavia durmiente. Estas previas son inolvidables siempre. Es una adrenalina que hay que sentir.
Mis zapatillas preparaban el golpe de estado en un dia que pudo cambiar el devenir de nuestro pasado, presente y futuro. El sol comienza a dejarse ver en la salida. Va a ser un día esplendoroso. Mi sorpresa es ver a Juan Antonio, un compañero de mi cofradia de la Pollinica, un amigo que el devenir de la vida nos alejó, por causas sin motivos, pero con el que he vivido unos momentos muy singulares. Hemos vivido experiencias múltiples. Y hoy en el corazón del famoso "paso" de Riogordo he vuelto a sentir el calor de mi camiseta de Malagablanquiazul. Momentos irrepetibles.
La salida en elevación esperaba a una carrera con un desnivel de 500 positivos. Son las 11.15AM del día del golpe de estado. Mis zapatillas estaban armadas. Nada más comenzar comienzan las embestidas. Duros desniveles con toboganes preludian una carrera épica. Me encanta.
Rapidamente comienzan los caminos rurales con continuos desniveles que hacen imposible mantener un ritmo de carrera. Es una carrera desigual con continuas subidas y bajadas, pero siempre en ascensión. Muy duro, pero estaba preparado para las acometidas. Voy disfrutando.
La sierra mira fijamente y voy salpicando de potencia todas las dificultades que me voy encontrando. Tengo mis compañeros asignados y con ellos voy adquiriendo el ritmo para avanzar. Siempre es la vitamina para comer kilómetros infernales. Desniveles brutales ponen una salsa que me explosiona. Los 6 primeros kilometros son brutales.
Km. 6 y acaba la dureza mas extrema de la carrera. Llego a ese kilometro acompañado de Salva y una chica extranjera. Veo un inmenso lodazal y decido pasarlo pisando y saltando. Craso error. Muy craso.
Nada más pisar con la pierna derecha, resbala y caigo de bruces en medio del lodazal. Tierra trágame. Me convierto en un cerdito enfangado. Me levanto, pero estoy embarrado hasta arriba. Otra experiencia mas de runner. Comienza la bajada y el barro salpica de mi cuerpo por todos lados. Un cerdito corre por la sierra y en el día del golpe de estado. En la bajada mi cuerpo no trabaja en condiciones, recuerda la grave lesión pasada y encima engrasado de barro.
Toca persecución y tenerlos a vista. Lo consigo y voy a buen ritmo pero con precauciones. Muchas curvas por caminos de sierra, y en bajada con algunas subidas me van acercando a Riogordo. Son momentos donde voy ya carburando mejor con el paso de los kilómetros, pero impregnado de barro por todos lados. El cerdito disfruta al máximo.
Km. 10 y Riogordo se asoma. El "paso" por sus calles es pletórico. He conseguido el golpe de estado y lo disfruto al máximo. Múltiples cambios de dirección en sus calles me dejan ver el esplendor del pueblo axárquico. El barro de un cerdito disfrutón salpica el asfalto final. La infernal subida camino de meta es demoniaca. La subo a ritmo. Me miro. Veo barro por todos lados, giro a la derecha, veo el arco de meta y firmo otra carrera épica. Golpe de Estado en Riogordo vestido de cerdito carnavalesco. 12 kms y medio enormes.
La molienda y su fiesta es el el fin emotivo en un mañana veraniega para disfrutar de un sol para sentir la vida de un pueblo donde he vuelto a escribir otra historia de runner humilde. Hoy vestido de cerdito.
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