Alhaurin de la Torre, 13 de Enero de 2019
MEDIA MARATÓN: 71
Bodas de Ocre
LA HISTORIA PERFECTA
A LAS FALDAS DE JARAPALOS
Con un frío aterrador soy recibido a las faldas de Jarapalos con 3 grados a las 8.00AM, el único escenario es cobigarse en un buen café y un buen desayuno a la espera de la cita alhaurina. Tranquila espera velando armas en el calor del bar que nos ofrece un calor imprescindible.
A la hora y veincinco minutos salimos de nuestra protección y un tímido sol alimenta nuestro cuerpo. Los distintos espacios que ofrece sol son el lugar adecuado para esperar el pistoletazo.
Una música que resuena, unos participantes que miran alrededor de ellos. Mas de 700 almas en vilo. Luce ya el sol. Probablemente sea el mejor día para gozar del entorno y lanzarme a por mi primera Media del año natural. El silencio recorre la salida. El miedo y el respeto, recorre las piernas de los corredores. Truena Vangelis. Y ahora si es el momento de conquistar el paraíso de Jarapalos.
Pocas cosas impresionan mas que disfrutar de una Media Maratón ya sea por primera o por septuagésima primera vez. La ilusión es exactamente igual. Y llego con la preparación óptima después de duros entrenos para comenzar la temporada 2019 a pleno rendimiento.
Con mente lúcida y piernas a pleno rendimiento recorrer Alhaurín de la Torre por su arteria principal me lleva a tiempos intermedios en sus primeros kilómetros a 5 m. disfrutando y revolucionando mi motor. Los 5 primeros kilómetros con un tiempo intermedio de 26m. 45s. los considero geniales. A partir de aquí comienza una dura, durísima aventura camino de las faldas del mítico Jarapalos.
Comienzan los vaivenes del asfalto. Dirigirse hacia el corazón alhaurino y empinarse el recorrido es todo uno. Recalculo mi ritmo y comienzan las duras embestidas. Mi escenario perfecto. Voy disfrutando con un aire puro que llena mis pulmones de gloria.
Las temidas cuestas camino del fortín de Tiro de Pichón es el km. 10 y un tiempo magnifico de 56m. 12s. me hace girar mi visión y mis oídos hacia la izquierda para gozar de una sierra preciosa. Su verdor y esa luz del sol malagueño junto a un desnivel duro hacen que me sienta atleta.
Estoy en el cúlmen de mi septuagésima primera Media Maratón. Los 3 siguientes kilómetros que me llevan a otro lugar mágico como son las cuestas de los caracolillos, duras muy duras las acometo a la perfección.
Me uno a un compañero que me conoce y dialogamos placidamente llegando a la cima donde giramos para comenzar ya la bajada camino del campo de Golf.
Varios kilómetros en dialogo sosegado y sereno intercambiando experiencias. Cabalgo muy suelto y decido dejarlo. Necesito apretar. Momentos maravillosos. Así si se disfruta una Media Maratón. Así, si.
Toboganes temibles en un sube y baja demoledores anteceden al km.15 que nos daba acceso a los aledaños de Alhaurin de la Torre. Últimos kilómetros en subida, y en el último avituallamiento se me cae una naranja me vuelvo para recuperarla y caigo al suelo. No pasa nada.
Rápido arriba y dos ultimos kilometros en bajada a tope, y muy suelto.
La llegada a meta en sus 500 metros finales me acompaña una subida que hace mella. Durisimo final que hay que sufrir y disfrutar. Este final es una bandera de Alhaurin y en mente se queda. Cuando veo el arco de meta sé que he completado una carrera antológica. Es mi escenario ideal y he rendido a la perfección. Coctel arrebatador.
Llego a meta a tope y la gran anécdota!!! se me avalanza para ponerme la medalla una chica con sindrome de Down. No me deja ni respirar. Que momento mas bonito. Precioso. Gracias! Gracias! Gracias!
En meta dialogar con algunos compañeros conocidos pone el broche de oro a una gran Media. La he disfrutado, ha sido antológica y dura, dura como a mi me gustan. La historia perfecta a las faldas de Jarapalos, un lugar donde he sembrado parte de mi preparación. Un lugar distinto en una Media de las que se te quedan grabadas.
