domingo, 17 de enero de 2021

CUMBRES DE MÁLAGA 5- VÉRTICE GEODÉSICO LA CONCHA-CRUZ DE JUANAR


 
Ojén, 17 de Enero de 2021



LA PARED DESEADA




Esa pared......cuantas veces paseando por la Milla de Oro y por esas arenas playeras celestiales pensando como se podia subir alli. Esa pared me encandilaba. Siempre la miraba. No podia creer como subir. Esa pared marbellí era un objetivo insospechado. Esa pared siempre presente. Os lo debo SOY SENDERISTA. Esta es la historia que nunca más se volverá a repetir de la misma forma. Me muevo por objetivos, es mi forma de sentir. Pasen y vean.......

Son las 6.30AM cuando pongo destino a El Juanar y la temperatura oscila alrededor de 0 grados. Ni frío ni calor. Tremendo. Cuando llego al refugio, lugar de salida, la soledad, la oscuridad total y el frio son dueños del entorno. Poco a poco las luces de los coches van llegando, salgo al encuentro y el frío reinante es aterrador. Son momentos heladores, hasta que ponemos rumbo.

Rápidamente la temperatura sube y llegamos al primer punto, el Mirador del Macho Montés, donde las vistas de Marbella y Mar Mediterraneo son increíbles. Aqui acaba el sendero ancho y comienza el fuerte repecho.



Vamos en dirección a la Cruz de Juanar donde la loma se vuelve muy pendiente en dirección a la cumbre. Hay muchos puntos donde hay que emplearse a fondo debido a la dificultad orográfica del terreno que es bastante dificultoso.




Juanar y su Cruz, son señeros, un lugar nunca visitado por mí y con una fuerte leyenda de dos siglos meta que transitaré un domingo esplendoroso en el enclave agreste de Sierra Blanca. Las vistas sobre la costa marbellí, hasta Estepona, Gibraltar y el Atlas marroquí son privilegiadas.




Descendemos camino del cruce original hacia La Concha. En esta parte del camino comienzan las lomas y colinas y justo en el cruce del Salto del Lobo, nos equivocamos y subimos un pico gratis, que nos hace perder fuerzas. A lo lejos veo a Lobato y tenemos que poner hacia atrás para encarar un complicado escenario casi nevado y con mucho hielo que lo vuelve muy peligroso. El enclave y paso del Salto del Lobo es peligroso y muy delicado, y más con hielo en una zona sombría. Las cadenas y el precipicio hacen de este lugar a tener muy en cuenta y tener los ojos muy abiertos.




De aqui pasamos al Pico Lastonar, que hay que bordear, con un terreno mas agradecido, para acceder con visión de La Concha.

Poco después y casi al llegar, nos encontramos con a mi modo de ver el paso mas peligroso del recorrido, hay que bordear una cornisa por el lado izquierdo del cerro en una bajada acentuada y una posterior vereda en la que apenas entra un pie en el ancho y con un precipicio al otro lado que ante cualquier tropezón podemos hacer un viajecito rápido y barato a Marbella de solo ida.

Por ello recomiendo tomar buenas precauciones, pasar sin mirar al lado izquierdo los que tengan algo de vértigo y apoyar el peso sobre la pared lateral para evitar perder el equilibrio, no hay que ser inconscientes en estos terrenos, por mucho que estemos seguros de nosotros mismos no podemos tomarnos a la ligera estos temas, hacer senderismo es muy bonito, pero también tiene sus peligros, algo que puede motivarte incluso, pero sin llegar a correr más riesgos de los necesarios.

A partir de este paso es una estrecha pared de rocas por la que hay que irse apoyando para sortear el barranco, lo mejor de todo es que superado esto ya estaremos en el tan ansiado Pico de la Concha. Desde aquí tendremos una increíble panorámica en 360º del resto de picos de la Sierra Blanca superados, de toda la Costa del Sol, abarcando Marbella, Estepona y todo el Mediterráneo de fondo al sur, mientras que al norte veremos nuevamente el espléndido valle de Istán con el embalse.









A la vuelta "pajara" nada mas salir, por el fuerte calor, Teddy y Ayanin me ofrecen su ayuda y consigo abrir los ojos. Antes de llegar al Salto del Lobo un patinazo en hielo me hace caer al suelo con el correspondiente susto en la muñeca. Algo dolorido prosigo sin mas novedad. Menos mal. 

La parte final ya distendida por el hermoso bosque con grandes pinares y páramo de olivos es el punto final a una jornada plenamente vivida, con múltiples anecdotas y peripecias que dejan a la "pared" en un recuerdo único. 





Aquella pared que miraba desde la Milla de Oro, es ahora un objetivo sellado. Una pared que siempre tendré muy presente. Ha sido sin duda un reto de muchos kilates con 24 kms. de vida. 
Es la historia de un humilde runner que está viviendo momentos esplendorosos en la montaña. Gracias a los que saben que les corresponde. Gracias.


              

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